5 leyendas de Zacatecas que te asombrarán | Hotel Emporio Zacatecas

5 leyendas de Zacatecas que te asombrarán

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Zacatecas es un estado mágico de México con mucha historia que contar, pues en el pasado era un lugar importante en la minería. Debido a los lugares icónicos que envuelven a este estado, el mismo ha sido escenario de muchas leyendas que en la actualidad forman parte de la cultura y la tradición de todos los zacatecanos, y, por supuesto, de todos los mexicanos. 

Hoy queremos que conozcas algunas de las más famosas leyendas de Zacatecas.

Leyenda del Cerro de la Bufa

La leyenda de Zacatecas el Cerro de la Bufa es una interesante historia por conocer, pues esta definitivamente es considerada una leyenda de Zacatecas corta de terror.

Hay quienes cuentan que en el corazón de este lugar existe un espacio lleno de metales y piedras preciosas; se trata de una cueva en donde las paredes son de oro, el piso resplandeciente es de la más pura plata, adornados con variedades de preciosas piedras cuyo resplandor es fascinante.

Durante las fechas correspondientes a las fiestas de la ciudad, durante la noche, en la cima del Cerro de la Bufa, se halla una mujer de indescriptible belleza. Con un aura seductora, hechiza a los hombres, prometiéndoles conducirlos hacia este mágico lugar para que encuentren ese tesoro escondido. Sin embargo, hay una condición: deben cargarle entre sus brazos hasta la basílica de la ciudad para hacerla su esposa, teniendo además la prohibición de mirar hacia atrás durante todo el recorrido.

Conforme el hombre va avanzando con la bella mujer sobre sus brazos, empiezan a escucharse gritos tenebrosos, sonidos que parecen venir del inframundo. El hombre, sin poder evitar el miedo, no puede cumplir con la prohibición, voltea a mirar hacia atrás. Es allí cuando la hermosa criatura toma una forma diferente, se transforma en una temible serpiente que acaba con la vida del inocente hombre.

 

leyenda del cerro de la bufa

 

Leyenda de la Piedra Negra

La leyenda de Zacatecas la Piedra Negra es otra historia que tiene como escenario una mina. Esta vez la misma se centra en dos mineros Gildardo Higinio y Misael Galán, quienes llegaron a la ciudad cansados de haber sido explotados y sin recibir el dinero justo por sus labores, en busca de nuevas oportunidades. Es así como tras largos meses de penurias y sin lograr encontrar las riquezas que tanto buscaban, guiados por el instinto, deciden explorar una cueva que había llamado su atención para ver si tenían un poco de suerte. Inesperadamente, una roca dorada apareció frente a los ojos de aquellos amigos, quienes se llenaron de alegría porque finalmente eran ricos. Es así como Gildardo le pide a su amigo, Misael que vaya al pueblo a comprar alimentos y bebidas para festejar su riqueza. Justo cuando aquel se marchó un espíritu maligno se le apareció a Gildardo, diciéndole que era muy tonto si creía que Misael compartiría su riqueza con él, por lo que le propuso que le preguntara a su amigo si ambos eran ricos. Gildardo cuestionó a su amigo, pero no toleró la respuesta y ante un arrebato de furia clavó un puñal contra su compañero quitándole la vida. 

Desesperado y lleno de avaricia quiso tomar la piedra y marcharse, pero el espíritu maligno volvió a aparecer sentenciándolo a quedarse para siempre allí. 

Por su parte, desde la Catedral de Zacatecas, el párroco Fray Buena Ventura, estaba convocando a un grupo de hombres para enviarlos a esta cueva, pues le habían hecho varios reportes de personas desaparecidas en ese lugar.

Cuando estos hombres llegaron se sorprendieron al observar varios cadáveres de hombres en la entrada de dicha cueva, quienes estaban en búsqueda de los dos mineros. Una vez que entraron vieron el cuerpo sin vida de Misael y al Gildardo completamente loco con la piedra en sus manos. Es así como el párroco con su biblia y rosario decide rociar agua bendita por el lugar, al hacerlo, los cadáveres desaparecieron y la roca, misteriosamente cambió su color de dorado a negro, debido al efecto que la piedra causaba en quienes se acercaban a la misma, el párroco decidió trasladarla hasta la catedral.

Hay quienes dicen que aún es posible observar la piedra en uno de los muros de la Catedral de Zacatecas, muy cerca de la campana pequeña que emite un sonido misterioso al acercarse a esta.

 

leyenda de la piedra

 

Leyenda de la Mina del Edén

Si hay una leyenda de Zacatecas que es muy conocida es la de la Mina del Edén. Esta leyenda se remonta a la época en la que la mina era explotada por los yacimientos de plata y oro que allí había, lo que hizo que la misma fuera de las más importantes de toda América.

Se cuenta que, en aquel tiempo había un minero llamado Roque. Un día en el que se disponía a realizar sus labores diarias, este caballero se encontró con algo sorprendente, una roca de plata muy grande. Emocionado por su hallazgo, Roque decidió ocultar dicha roca a su compañero, no estaba dispuesto a compartir lo que le pertenecía, pues a fin de cuentas, él la había encontrado; por lo tanto, al final de la jornada la buscaría y la llevaría consigo. Sin embargo, cuando Roque fue al lugar donde había dejado la gran roca de plata no la encontró. Lleno de ira a causa de su mala suerte, el minero comenzó a lamentarse dando gritos de maldiciones. De pronto, como si la naturaleza le devolviera la misma furia con la que este le reclamaba, el lugar empezó a temblar, un derrumbe vino sobre él, dejándolo sepultado para siempre en aquella mina. 

Dicen que, de Roque, solo quedó su rostro grabado en una roca de la mina, la cual es posible observar mediante un tour guiado, en el que te llevarán exactamente al lugar donde se encuentra.

Esta leyenda de Zacatecas termina con la advertencia de que cualquier persona que visite la Mina del Edén y tenga la suerte de encontrarse alguna piedra de plata o de oro, no debe esconderla, sino compartirla a fin de evitar el mismo destino que Roque.

 

 

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Leyenda de las Tres Cruces

La leyenda de Zacatecas las tres cruces tiene todos los elementos dignos de una tragedia clásica.

Se cuenta que en el año 1763 habitaba en Zacatecas un hombre respetado por el pueblo cuyo nombre era Don Diego de Gallinar. Este, haciendo valer la tradición y los lazos familiares, había aceptado acoger en su hogar a su sobrina, quien trágicamente había perdido a sus padres.

La joven Beatriz Moncada, era una mujer sumamente hermosa, tanto que en poco tiempo se convirtió en la sensación de la calle las tres cruces.

Beatriz tenía muchos pretendientes, pero su noble corazón solo le pertenecía a uno: un joven indígena llamado Gabriel. Desde que se conocieron en una festividad propia del lugar, Gabriel dedicaba cada noche una serenata a Beatriz, quien tímida se presentaba en su balcón sonriendo suavemente.

Don Diego era hombre de experiencia, y pensaba que el romanticismo no era más que un cuento. Así que decidió el destino de su sobrina, imponiéndole un esposo, pero no cualquier esposo, sino su propio hijo, el mismísimo primo de Beatriz, Antonio de Gallinar, quien suspiraba por la joven, a quien deseaba con ansias hacer su esposa.

En una de esas muchas serenatas, Don Diego finalmente descubre que el joven indígena pretende a su sobrina y guiado por la furia decide ponerle fin a ese amorío ordenando al muchacho que se marchara de allí. El valiente Gabriel acata la orden, no sin antes aclarar que lo hace por respeto y honor, más no por temor de lo que este pudiese hacerle. Tras escuchar las palabras de Gabriel, Don Diego las interpretó como un reto y desenvainando su espada, intentó atacar al joven, produciéndose un forcejeo entre ambos que termina con la muerte de Don Diego a manos de su propia arma. 

Gabriel, horrorizado por la escena, se descuida y recibe una puñalada a traición, un fiel sirviente de Don Diego actúa vengando a su patrón y mata al indígena con furia y vileza.

Beatriz, quien observaba todo desde el balcón, pierde el conocimiento de la impresión, el golpe producto de la caída acaba con su vida, terminando su cuerpo sobre el de los otros dos cadáveres. Desde entonces, aquella calle fue bautizada con el nombre de “Las Tres Cruces”. 

 

Leyenda de La Calle del Espejo

Otra de las famosas leyendas de Zacatecas es la de la Calle del Espejo. La misma tiene como protagonista a una bella joven llamada Matilde Cabrera, ella provenía de una familia religiosa muy conservadora. 

Matilde vivía en una enorme casa en la que había un piano, mismo que ella tocaba deleitando a través de la ventana que estaba en el salón a todo el que pasaba por la calle con las más hermosas y nostálgicas melodías. En una de las regulares visitas a la iglesia, Matilde conoció el amor, pues se enamoró de un hermoso joven que asistía a la misma iglesia; no pasó mucho tiempo para que el muchacho también acabará enamorándose de ella. 

Con el paso del tiempo, Matilde notó que su enamorado pasaba por su calle todos los días, llena de alegría, colocó un espejo en la ventana del estudio para poder verlo pasar y así lograr conversar por señas desde la distancia. Así, durante cada día Matilde se arreglaba con sus mejores vestidos para esperar a que su amado pasará, tocar para él y charlar. Pero de un momento al otro el joven desapareció, Matilde no sabía que este se había alistado en el ejército y, desde aquel día, jamás volvió a verlo.

Sin embargo, Matilde siempre mantuvo la esperanza de volver a ver pasar a su amado, aunque muchos la llamaron “la loca del espejo” pues cada tarde se sentaba mirándolo expectante de que se asomara en este el bello rostro de su enamorado.Desafortunadamente, la joven murió sin ver el reflejo que tanto espera y años después la casa fue olvidada y la calle ahora es conocida como “La Calle del Espejo”.

 

leyenda calle del espejo

 

Sin dudas, cada una de estas leyendas Zacatecanas son mágicas y tienen su propio encanto, pero todas innegablemente enriquecen la cultura popular de este hermoso estado mexicano con una gran tradición, con muchas historias por contar y con gran deseo de recibir a visitantes para que conozcan todo lo que Zacatecas tiene para ellos. ¡Hospédate con nosotros!

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